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Asiático honorifico

Desde su primer trabajo en el departamento de marketing y publicidad de Jaeger-LeCoultre Ginebra, hasta su último día de vida en 2011 como CEO de Ulysse Nardin, Rolf Schnyder se dedicó a la relojería, principalmente a crear un puente entre Suiza y Asia: a la expansión y producción de relojes en, el ya no tan lejano, Oriente.


 

El viaje es el factor esencial del cambio, de la evolución. Veamos el descubrimiento de América, la travesía de la Odisea, o el viaje a la luna y, muchos otros, que por más grandes o pequeños han afectado de una forma u otra el curso del mundo o, al menos, la apertura hacia nuevos horizontes.


Otro periplo, quizá no tan conocido como estos y de menor escala pero de importante repercusión en el mercado de la relojería, comenzó con el viaje de Rolf Schnyder a finales de los años 50, cuando tenía 22 años a Asia. ¨Crecí en Zurich, Suiza, pero tenía un deseo que la mayoría de los demás no tenían, ver lo que estaba más allá de esas fronteras”. Ambición que se hizo realidad cuando leyendo el periódico vio un anuncio de la compañía Diethelm que buscaba un gerente junior suizo. Aplicó a la posición y finalmente lo enviaron para establecer un sistema de distribución en el sudeste de Asia para varias marcas suizas.


Luego, en 1968 fundó en Tailandia Cosmo Dial, la primera fábrica helvética para producir componentes de reloj de precisión y cajas para exportar a Suiza a firmas como Mido, Certina, Fortis, Rado, Tissot e incluso Omega -que era lo más alto de la moda en ese momento-. Más tarde, construyó una fábrica de relojes en Manila y, mucho después, en 1973 creo Precima, una fábrica de componentes para relojes en la zona franca de Sungei Way en Selangor, Kuala Lumpur, que produjo una variedad de componentes de reloj de precisión para la industria relojera helvética.


Durante esta época Schnyder no solo descubrió y reforzó su pasión por la relojería, sino que vivió a plenitud esa aventura exótica que tanto anhelaba: ¨Descubrí lugares que ningún suizo había pisado antes e incluso escribí sobre ellos para diferentes publicaciones¨. Aprendió el idioma, construyó una balsa en la frontera con Birmania para conocer el famoso río Kwai, acampó en la playa de Phuket donde en aquel entonces no había hoteles. Pasó tiempo en Laos y Vietnam durante la guerra, visitó China durante la Revolución Cultural. Conoció Tailandia, Bali, Camboya, Japón y navegó 3 meses en el Pacífico Sur a través de las islas de Fiji, Tonga a Tahití y Bora Bora.


10 años más tarde es que Ulysse Nardin llega a su vida. Mientras se encontraba esquiando en St. Moritz de vacaciones, leyó en el periódico que la empresa había presentado el capítulo 11 -aplazamiento del pago- para protegerse de los acreedores. Esto fue durante la Crisis del Cuarzo y muchas compañías en Suiza estaban haciendo lo mismo. Ulysse Nardin tenía muchas deudas y sin ninguna manera real de pagarlas. ¨Conocía la marca debido a las muchas medallas de precisión y competiciones cronométricas que había ganado. Inmediatamente me interesó comprar Ulysse Nardin. Fue la oportunidad de estar involucrado en uno de los grandes nombres de la relojería¨. Y así lo hizo. Logró que renacieran los relojes mecánicos y con mucho arduo trabajo trajo de vuelta la grandeza a esta firma nacida en 1846.


Por el mismo amor que le tenía a Oriente, y en su momento con Ulysse Nardin en marcha, Schnyder dividió su tiempo entre Suiza y Malasia. Cuando no estaba supervisando el negocio en Le Locle, se encontraba en su hogar en Kuala Lumpur, donde hasta el día de su muerte compartió con su esposa Datin Chai, originaria de Sarawak, Malasia, y sus tres hijos.


 

¨Naturalmente, los relojes están hechos en Suiza, pero se conceptualizan y diseñan no entre los Alpes nevados sino aquí mismo en Bangsar, en Kuala Lumpur¨. Rolf Schnyder sobre los relojes Ulysse Nardin.

 

¨Creo que El futuro pertenece a Asia¨.

 

En reconocimiento a sus contribuciones a la relojería, Schnyder fue galardonado con el Premio Gaia "Espíritu de Empresa" en 2003 por el Musee International d’Horlogerie por sus logros y compromisos empresariales. A este premio le siguió el galardón "Lifetime Achievement Award" por el Grand Prix d'Horlogerie de Geneve: edición asiática en Singapur por sus continuas contribuciones a la tecnología e innovaciones en la relojería.


 

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